Fue el líder de la Iglesia Católica durante la Primera Guerra Mundial y sus secuelas inmediatas.
Fue ordenado sacerdote en Roma en 1878.
En 1915 consiguió un acuerdo con los dos bandos de la Primera Guerra Mundial por el cual las partes en conflicto prometían no dejar que los prisioneros de guerra trabajaran los domingos y festivos.
Su padre no quería que se convirtiera en sacerdote, sino que quería que ejerciera la abogacía.
Rechazó la Liga de Naciones de Woodrow Wilson porque no estaba construida sobre "valores cristianos".